¿ES DELITO UN PIROPO?

¿Es un abuso dar un abrazo a una alumna/o desconsolado?

¿Será delito suprimir el móvil de la vida de un adolescente?

¿Tendrán que imponer, pacíficamente, los niños la vida a los padres?

                    

            Los medios de comunicación cada día se ceban más en las noticias escandalosas y si tienen relación con la afectividad multiplican sus esfuerzos por mantener la audiencia. El otro día sonreía cuando hablaban de los piropos y atacaban el fondo machista que sin duda existe en algunas personas y en la sociedad en general, pero no abrían la puerta a que las mujeres aprendieran a expresar su gusto estético sino a reprimir, en general, cualquier manifestación de admiración.

            En el tema de los abusos de profesores o monitores con menores tampoco se establecen criterios, más bien se da publicidad al agresor y se pone en el centro de la noticia a los que sufrieron el acoso. En educación si alguna persona se propasa en sus manifestaciones de afectividad hacia sus alumnos es conocido por toda la comunidad educativa y solamente habría que acudir a la inspección para que fuera apartado de la docencia. Pero ni se hace la denuncia ni se expulsa de la enseñanza al profesor enfermo mental sino que se le cambia de Centro para que continúe ejerciendo su maléfica actuación. El castigo ejemplar evitaría que estos casos extremos desaparecieran y ni se hace eso ni se evita el coaccionar a los docentes  para que puedan mostrar su afectividad a los alumnos cuando ellos lo necesiten. ¡Cualquiera se atreve a consolar a un alumno que llora o a acompañar a otro que está muy contento! Ya lo dice la santa madre iglesia pecado tenemos…

            En el tratamiento de los menores tienen los padres que andarse con mucho cuidado de no “maltratar” a sus hijos tanto física como psicológicamente. Cada día es más difícil ser padre porque les estamos quitando la oportunidad de controlar el comportamiento de sus hijos. Solamente se insiste en la mala actuación de algunos que llega a los juzgados y otros muchos callan, consienten y acaban maltratados por sus vástagos llegando a situaciones de difícil solución. Los niños tienen que tener limitaciones a su comportamiento y deben ser educados para vivir en esta sociedad, dejarles sin defensas ante la frustración no es un buen consejo. Hay momentos en que deben esperar, desear, luchar por conseguir algo para madurar. Nadie habla del daño de una maquinita a destiempo ni de la dependencia del móvil o de las redes sociales, nadie habla de controlar su uso y acabamos viviendo en otra sociedad que llega y que no están todos los padres convencidos de que sea mejor que la anterior.

            El tratamiento de los problemas en los medios de comunicación es estadístico, superficial y tendente a despertar nuestra afición al Caso y a vivir las desgracias ajenas. La solución de los problemas ya llegará sola, lo importante es la audiencia y que cambien con rapidez el modelo de móvil…