NOS
ROBARON LA REPÚBLICA
Unos
militares golpistas con la ayuda de nazis, terratenientes y la Iglesia católica.
Atado
y bien atado lo dejó el dictador asesino en la figura de Juan Carlos.
Seguimos
esperando que alguien pida la restitución de la legalidad votada.
Había una vez un país, allá en 1931,
que estaba hasta las narices del gobierno de los borbones. La crisis de 1929
agudizó el malestar y un 12 de abril de dicho año, en unas elecciones
municipales, los españoles decidieron votar por la República. Las grandes
ciudades metieron el miedo en el cuerpo al rey Alfonso XIII que salió por pies
a disfrutar de la gran fortuna que atesoraba. Él, su familia y su corte,
vivieron como auténticos “reyes” durante décadas en Europa con todo el lujo que
desearon, desde palacios a barcos de lujo, pasando por fiestas fastuosas.
Los capitalistas, los terratenientes
y la Iglesia Católica lideraron una oposición frontal a lo decidido en las
urnas y un general atiplado acabó provocando una guerra civil, la caída de la República
y cientos de miles de muertos. Este general, con Mola y Queipo de Llano,
preferían asesinar a la media España roja o republicana antes de dejarles
volver a las urnas. ¡Y lo decían en la radio! Décadas de miedo y de religiosidad
acabaron con la libertad y nos llevaron a un país atrasado y con una educación
machista y fascista de la que no nos hemos liberado aún.
Ungido por la divinidad decidió
nombrar rey a dedo y eligió al ínclito Juan Carlos I que juró lo que le pusieron
por delante para llegar a la corona. Lo dejó todo atado y bien atado para que
nada importante cambiara y pareciera que habíamos llegado al paraíso. Aquel
muchacho, que no era ni heredero legítimo, fue conducido por el franquismo
hasta llegar a una transición que imponía el perdón, la amnistía, para todos
los crímenes cometidos y para sus cooperadores necesarios. Todo enterrado en el
olvido, o en las cunetas, y la República ignorada, como tantas cosas, para
otras tantas décadas.
El nuevo rey hizo caja y nadie se
preocupó de sus cuentas corrientes ni de
los viajes con regalos que hacía con frecuencia a los países petroleros.
Últimamente han dejado ver la de los elefantes y de vez en cuando sacan alguna
de sus conquistas sentimentales. Yo creo que desprestigiando al ya decrepito
gobernante intentan justificar la permanencia de D. Felipe y de Dña. Leticia en
el mismo barco, una monarquía que es heredera de quienes acabaron con la
República votada por los españoles. De vez en cuando sacan alguna mirada o
algún dedo levantado de la reina pero para nada se habla del pasado, de su
relación con Cristina y conyugue o de la fortuna del padre para hacer limpias
las cuentas en la sucesión. Ni hablar de decidir si queremos monarquía o República
porque eso pertenece al pasado, al pasado que nos robaron.
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