CON
LA IGLESIA HEMOS TOPADO
Una multa de 480 euracos, por hacer
un fotomontaje del cristo de la amargura (con minúsculas), a un habitante de Jaén.
¿No sería mejor multar a quienes le denunciaron e hicieron perder el tiempo al
juez? Y, ya de paso, que paguen las costas del juicio. Un delito de la
transición fue dejar a la iglesia católica con todo el poder que había
acumulado a la sombra de la guerra civil y de la dictadura franquista.
Seguimos viendo como personajes con
poltrona en la iglesia insultan a homosexuales o lesbianas, como hacen
comparaciones de cárcel con quienes tienen que abortar o destierran de su
territorio a quienes deciden acabar con un matrimonio. Se introducen en la vida
de los demás como si fueran los directores de la sociedad cuando parecía que
quería ser laica. Y ahora porque un no amiguete se disfraza le denuncian y, lo
más grave, el juez le condena. ¡Torquemada no se atrevería a tanto en nuestros días!
Se han pasado la vida condenando a
medio mundo al infierno, quemando infieles o herejes, obligando a cumplir con
sus preceptos morales y apoyando a aquel asesino que nos tuvo atados 40 años
porque con él sus privilegios estaban a salvo. A la Republica se le ocurrió
aprobar el divorcio, quitar el sueldo a los curas, expulsarles de la educación e
intentar hacer una sociedad laica y respetuosa con todos. Ellos declararon como
Cruzada (sin moros…o estaban con ellos…) derrocar al gobierno, provocar una
guerra civil, apoyar las represalias y ayudar a robar la libertad de los
españoles.
Siguen creyéndose los amos del
prado. Disfrutan de cuantos privilegios nos podamos imaginar. Continúan
dominando la educación de las élites de este país y sus organizaciones, léase Opus
o Kikos, tienen privilegios impensables en un estado laico. Los políticos deben
pensar que los púlpitos todavía regalan votos y prefieren dejar que los
impuestos los paguen otros y que el adoctrinamiento religioso se mantenga en
sus centros educativos. ¡Hasta Finlandia entendió que el Estado debe garantizar
una educación pública para todos!
¡Cuánta discriminación ha crecido a la
sombra de la enseñanza privada! Esto ha hecho que ahora sea insoluble el problema
creado por la acumulación de conflictividad en unos centros y la selección
silenciosa de otros. Muchos padres no ven otra elección que la enseñanza
religiosa para evitar determinados centros. Pagaremos durante décadas el error
de olvidar sus pecados…
Y no nos dejemos impresionar,
seguimos pagando el profesorado de religión de los centros públicos y les
dejamos entrar a catequizar en sus edificios. No extraña que se crean tan
poderosos como para intentar enchironar a quien osa, sin ser amigo, utilizar
sus imágenes de modelo.
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