LA
EDUCACIÓN EN CAIDA LIBRE
Todos nos damos cuenta de que el
mundo está cambiando muy deprisa y somos conscientes, lo comentaba el otro día,
de las dificultades que tendrá la sociedad para asimilar la transformación.
Pero los padres, las leyes y el sistema educativo parecen paralizados ante la
que se les viene encima.
Todos ceden antes de que los nuevos
inquilinos del mundo se lo demanden, creo que se deberían poner dificultades a
los cambios que impulsa la sociedad de consumo y a la tiranía de los niños,
jóvenes y adolescentes. Las personas adultas tienen derecho a defender aquellas
cosas en las que creen y a disfrutar de su propia vida. Al menos que quienes
quieren cambiar el mundo encuentren alguna resistencia.
Los padres tienen gran dificultades
para defenderse del ataque masivo, de la sociedad de consumo y de los medios de
comunicación, que les impulsa a ceder en cuestiones que no necesariamente son
de su agrado (móviles, ropa de marca, salidas, bebida, drogas, delitos, poco
esfuerzo en sus estudios, exigencias de paga…). Van acomodando los padres sus
vidas a lo que les echan encima y, en muchas ocasiones, defendiendo a hijos/as
que han perdido el norte y hasta el respeto hacia ellos.
Al llegar al sistema educativo
solamente existen derechos. El miedo a frustrar a los alumnos, las denuncias,
saber que muchos padres están en el otro bando, comportamientos inadecuados que
ahora serán más difíciles de reorientar, convertirán a muchos Centros en
lugares de difícil gestión. La educación está en el punto de mira de las
críticas y los profesionales poco respetados, todo ello ha llevado a, salvando
loables intentos de cambio, sobrellevar las dificultades esperando el timbre
para marchar a casa.
Es hora de comenzar a preparar a los
padres a través de los medios de comunicación y de los Centros de Enseñanza. No
podemos limitarnos a contar que un niño de 13 años ha dejado embarazada a su
hermana de 11 años y que han dado de alta a la madre y al bebé. Los delitos de
menores están a la orden del día y el relato de sus trastadas o pisoteo de las
leyes no puede quedar en un aislamiento de quién sale en la televisión. Existe
el problema y mucho tiene que ver con la sociedad que tenemos montada
(desigualdades económicas, deseos satisfechos con facilidad, mirar para otro
lado en los primeros problemas, obligación de consumir para ser alguien…). La
solución no llegará con la petición de cadena perpetua revisable…
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