domingo, 25 de febrero de 2018


LA INMERSIÓN LINGÜÍSTICA
         Nadie quiere escuelas en castellano y escuelas en catalán, sería otro punto de discriminación poco integrador y ya existen suficientes en el actual sistema como para buscar nuevos enfrentamientos. Quizá sí que haya que recordar aquella reivindicación tan vieja de los catalanoparlantes del derecho a aprender en la lengua materna, aunque sea un poquito…
                    Resultado de imagen de fotografia de escuelas catalanas

            Allá en los primeros años ochenta se impuso en la sociedad la necesidad de hablar catalán para encontrar un empleo en el sector servicios. Los padres comprendieron que sus hijos tendrían más oportunidades de encontrar trabajo si hablaban los dos idiomas y apoyaron sin reservas el nuevo modelo de inmersión lingüística que se les propuso porque ayudaría a abrir puertas a sus vástagos.
            El catalán había estado perseguido durante la dictadura y necesitaba impulsarse para ser la lengua vehicular del país. Los catalanoparlantes exigían aprender en su lengua materna como un derecho fundamental y pudieron políticamente imponer un modelo que primaba su lengua y postergaba para el futuro al castellano en la enseñanza. Todos contentos, unos aprenderían en su lengua materna, los demás tendrían más oportunidades de encontrar un empleo y el idioma se fortalecería cada día más con los nuevos alumnos bilingües que creaba la inmersión lingüística.
            Evidentemente un alumno/a de párvulos con una familia de clase social media/baja y con no excesiva cultura tiene más dificultades para sus estudios. Nadie pondrá en duda que es más difícil aprender en un idioma ajeno que en el propio pero los ricos mandan a sus hijos a colegios alemanes, ingleses y franceses y… A mí siempre me ha parecido de dudoso acierto esta decisión pero comporta dificultades que han de solventar las familias.
            Aquí, en el cinturón industrial de Catalunya, nos encontramos con la selección que provoca la enseñanza concertada y con barrios donde el catalán no se escucha por la calle porque la gran mayoría de sus habitantes son extranjeros o castellanoparlantes. Me  preocupa más que vayamos reduciendo la importancia de la enseñanza privada para alcanzar la importancia que tiene la Pública en la mayoría de países europeos (más del 95 % en Finlandia…).
            El modelo que se impuso en los años ochenta tiene sus imperfecciones y la enseñanza concertada, sobre todo religiosa, crea unas diferencias que nadie parece querer comenzar a enderezar aunque tengan que pasar unas décadas para conseguirlo. No dominan mejor el castellano quienes aprenden en catalán, otros factores pueden haber influido en esas calificaciones que quieren hacernos creen cosas inverosímiles…
            El sistema debe ir adaptándose a los nuevos tiempos y no conviene olvidar aquello que con tanta fe defendían quienes deseaban estudiar en su lengua materna. Hoy existen muchas facilidades para dominar los dos idiomas (los dibujos de la tele…) y no está en peligro el idioma perseguido en el franquismo. Es ridículo el planteamiento del PP y Ciudadanos pero no conviene vender como perfecto un modelo que tiene deficiencias y que puede ser más razonable con la realidad que le rodea.

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