LA
INMERSIÓN LINGÜÍSTICA
Nadie quiere escuelas
en castellano y escuelas en catalán, sería otro punto de discriminación poco
integrador y ya existen suficientes en el actual sistema como para buscar
nuevos enfrentamientos. Quizá sí que haya que recordar aquella reivindicación
tan vieja de los catalanoparlantes del derecho a aprender en la lengua materna,
aunque sea un poquito…
Allá en los primeros años ochenta se
impuso en la sociedad la necesidad de hablar catalán para encontrar un empleo
en el sector servicios. Los padres comprendieron que sus hijos tendrían más
oportunidades de encontrar trabajo si hablaban los dos idiomas y apoyaron sin
reservas el nuevo modelo de inmersión lingüística que se les propuso porque
ayudaría a abrir puertas a sus vástagos.
El catalán había estado perseguido
durante la dictadura y necesitaba impulsarse para ser la lengua vehicular del
país. Los catalanoparlantes exigían aprender en su lengua materna como un
derecho fundamental y pudieron políticamente imponer un modelo que primaba su
lengua y postergaba para el futuro al castellano en la enseñanza. Todos
contentos, unos aprenderían en su lengua materna, los demás tendrían más oportunidades
de encontrar un empleo y el idioma se fortalecería cada día más con los nuevos
alumnos bilingües que creaba la inmersión lingüística.
Evidentemente un alumno/a de párvulos
con una familia de clase social media/baja y con no excesiva cultura tiene más
dificultades para sus estudios. Nadie pondrá en duda que es más difícil
aprender en un idioma ajeno que en el propio pero los ricos mandan a sus hijos
a colegios alemanes, ingleses y franceses y… A mí siempre me ha parecido de
dudoso acierto esta decisión pero comporta dificultades que han de solventar
las familias.
Aquí, en el cinturón industrial de Catalunya,
nos encontramos con la selección que provoca la enseñanza concertada y con
barrios donde el catalán no se escucha por la calle porque la gran mayoría de
sus habitantes son extranjeros o castellanoparlantes. Me preocupa más que vayamos reduciendo la
importancia de la enseñanza privada para alcanzar la importancia que tiene la
Pública en la mayoría de países europeos (más del 95 % en Finlandia…).
El modelo que se impuso en los años
ochenta tiene sus imperfecciones y la enseñanza concertada, sobre todo
religiosa, crea unas diferencias que nadie parece querer comenzar a enderezar
aunque tengan que pasar unas décadas para conseguirlo. No dominan mejor el
castellano quienes aprenden en catalán, otros factores pueden haber influido en
esas calificaciones que quieren hacernos creen cosas inverosímiles…
El sistema debe ir adaptándose a los
nuevos tiempos y no conviene olvidar aquello que con tanta fe defendían quienes
deseaban estudiar en su lengua materna. Hoy existen muchas facilidades para
dominar los dos idiomas (los dibujos de la tele…) y no está en peligro el
idioma perseguido en el franquismo. Es ridículo el planteamiento del PP y
Ciudadanos pero no conviene vender como perfecto un modelo que tiene
deficiencias y que puede ser más razonable con la realidad que le rodea.
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