NO
QUIERO REPETIR CURSO
Ya
es hora de que el sistema educativo ponga medios para que no suceda.
No
todo son conocimientos, no todos caminamos al mismo ritmo…
La
privada fardando de pocas repeticiones… poca vergüenza.
El sistema educativo actual es
unidireccional y de una velocidad fija. Obliga a adaptarse a los alumnos a un
ritmo uniforme y a unos contenidos que muchas veces están excesivamente lejos
de los intereses de los estudiantes. Atender a la diversidad de personas y
ritmos de aprendizaje exige un cambio de mentalidad y, sobre todo, disminuir el
número de alumnos por clase. La repetición sacará al alumno de la convivencia
con alumnos de su edad y no solucionara ninguno de los problemas que generaron
su cambio de amigos.
Los problemas no pueden solucionarse
en unas aulas masificadas, con alumnos muy protegidos por sus padres y con unos
contenidos y normas que ignoran, excesivas veces, a los alumnos con
dificultades de aprendizaje o de conducta. Cuando se plantean las repeticiones
en los últimos años de Primaria o en la ESO ya estamos ante problemas de muy difícil
solución y solamente son parches en los que se puede soñar con milagros o
descansar, porque tendremos un problema menos en aquella aula.
Un trabajo efectivo y con medios en
preescolar ayuda a que los alumnos/as lleguen con mejores medios para superar
dificultades. Unos cursos de primero y segundo de primaria con una ratio baja
permitiría atender a los problemas de aprendizaje de algunos alumnos y evitar
que sea un problema serio al finalizar dichos cursos. Si aquí no se evita
ignorar a quienes no siguen el ritmo de la clase hemos provocado un problema
para toda la estancia de dichos alumnos en el sistema educativo. Los padres deben
ser informados de los problemas y entre todos deben contribuir a que puedan
integrarse con normalidad en el funcionamiento de las clases.
Se repiten tantas veces los conocimientos
en los diferentes cursos y etapas, se corre en exceso tantas veces en aquel
afán de “enseñar”, que se olvida trabajar la solidaridad entre los alumnos y se
prima la competitividad.
No desconozco la necesidad del esfuerzo
para que las personas maduren.
Las casas necesitan buenos cimientos y
el sistema educativo, y las familias, deben ponerlos en los primeros años de
escolarización.
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