ISRAEL:
EL DINERO Y LA RELIGIÓN
Primero
echaron de sus casas y de su país a los palestinos.
Después
se armaron hasta los dientes, de armas prohibidas a sus vecinos.
Ya
saben que pueden masacrar a personas indefensas que les atacan con tirachinas.
La religión les hizo creer que su
dios les había regalado las tierras que hoy dominan y mantuvieron esa fe
durante más de 2000 años. Fueron lentamente regresando hasta que su poder
económico les dio la suficiente influencia para que el mundo “civilizado” les
devolviera sus posesiones soñadas y desalojara a quienes habitaban aquellas
tierras. 700.000 personas lanzadas a la calle, y a la miseria, para que los
poderosos judíos pudieran ocupar su paraíso terrenal.
Todo esto pasaba después de la
segunda guerra mundial, allá por 1948. Los judíos dominaban las finanzas de
Estados Unidos, lo que equivalía a ser los amos de medio mundo e imponer su
voluntad en él. Palestina vio cómo su independencia no llegaba y las guerras
asolaron su país y el de los pueblos vecinos pero con un enemigo armado hasta
los dientes, poseedor de armas nucleares y químicas en abundancia, tenían todas
las de perder.
Periódicamente sus soldados, sus
bombarderos y sus tanques han asolado durante décadas la región y han
sobrevivido en medio de países musulmanes a los que consideran infieles e
intrusos a pesar de sus 2000 años de habitar aquellas tierras. Parece que su
dios tiene buena memoria y las “democracias” occidentales cerraron sus ojos
ante cada barbaridad que perpetraron.
Les da lo mismo si son niños o
mayores, si tiran piedras con la mano o con un tirachinas, cuando deciden
acabar con cualquier protesta utilizan la fuerza de su ejército para acallar
cualquier molestia. Los varones hacen tres años de mili y las mujeres dos,
todos están concienciados de que el enemigo está al lado y que deben defender
el paraíso que les entregó hace miles de años su dios. Solamente quienes
dedican su vida a rezar son liberados de su deber con el ejército que mantienen
intacto hasta los cuarenta años el resto de ciudadanos.
Ayer, al ver fusilar por la espalda
a un joven que huía desarmado por la playa, sentí que los judíos están libres
de todas las obligaciones de la humanidad y que campan a sus anchas con su
libro sagrado y sus armas atómicas. Sus vecinos son muy peligrosos para poseer
armas atómicas pero ellos, el pueblo elegido por dios, tienen una defensa inexpugnable
y potencial para hacer desaparecer a sus vecinos. Son los buenos y pueden
fusilar por la espalda a los infieles que les molestan a su alrededor. Las
voces del mundo civilizado solamente serán gritos suaves que les harán sonreír
porque no pasarán nunca de ahí. EE.UU. y occidente saben que son los elegidos,
la pasta es la pasta.
Hay
otros dioses a su lado que no prometen menos paraísos pero tienen las armas que
les venden los amigos de los judíos. Nunca llegarán a tenerlas superiores.
¡Qué
duro ver morir a las personas masacradas!
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