RELIGIÓN
CATÓLICA HASTA EN LA SOPA
Algunos
se lo toman ya como unas merecidas vacaciones.
Nuestros
políticos como un acto de adhesión nada laica.
Los
que dejamos de creer nos preguntamos cómo es posible que tantas personas
mantengan la fe en la historia de Jesús y su Iglesia Católica.
La jerarquía católica es lista como
el hambre. Predican la pobreza pero la de los otros, alaban la sumisión pero
ellos pontifican, piden libertades pero ellos exigen el privilegio de poder
adoctrinar en los centros docentes, siguen condenando a quienes se separan de
su credo y separados, homosexuales, lesbianas y cuantos contradigan sus
inventados dogmas son condenados. Ya no se atreven a mandar a cinco octavos de
la población mundial al infierno pero debe ser porque piensan que no hay sitio
para tantos.
Estamos en un país que se declara
laico pero donde sus ministros se desviven por buscar votos en cuantas
procesiones encuentran (lo de la bandera a media asta por la muerte de Jesús
solamente es comparable con las medallas impuestas a vírgenes y santos), las
televisiones públicas son invadidas por sus noticias y espectáculos y las
vacaciones de los estudiantes vienen marcadas por la Semana Santa que a su vez
depende en sus fechas de celebración de la luna llena (eso lleva una coherencia
interna que hace sudar).
Llevaron bajo palio al dictador
durante 40 años, antes le ayudaron con novenas y desde los púlpitos a derrotar
la democracia y a tumbar la República, y muchos no llegamos a entender como
ningún partido político se ha atrevido a tocar sus múltiples privilegios, económicos,
políticos, sociales y educativos. Manejan la educación de las clases dirigentes
futuras, pagan muy poquitos impuestos, siguen insertados como una lapa en la
educación pública, reciben sueldos y subvenciones y tienen a los políticos a
sus pies en ceremonias nada laicas.
Es posible que el ser humano
necesite creer en el más allá para no desesperarse por lo cortita que es la vida,
pero las historias y dogmas que rodean a la Iglesia Católica van más allá de lo
que soporta la razón. Respetemos a quienes desean seguir esa fe, que roza en
muchos casos el ridículo para algunos, pero creo que debe limitarse de una vez
su injerencia en la vida de los ciudadanos que no seguimos sus doctrinas. Condicionan
hasta las evaluaciones de los centros educativos con la paralización que
provocan con sus fiestas de guardar.
No creo que sea el turismo que debe
buscar una nación moderna. Los extranjeros no pueden por menos que alucinar con
los pasacalles de estos días…
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