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de ABRIL. LA REPUBLICA
No
todas las repúblicas son buenas, el mundo está lleno de ejemplos.
Aquella,
la de 1934, condenó a 30 años de prisión a Companys.
Muchísimo
mejor que la monarquía, pero con idénticos dueños.
Mañana es el aniversario de la proclamación
de la II República española en 1931, con Alfonso XIII marchando rico al
extranjero, aquella con la que acabaron los militares al dar un golpe de estado
y provocar una guerra civil en 1936. Es bonito recordar la fecha porque venía
cargada de promesas para los jornaleros (campesinos sin tierras, la mayor parte
de los trabajadores españoles lo eran) y para los explotados. Cuando comenzaron
los cambios (lentos) los afectados negativamente comenzaron a fundar (en
secreto) otra república con sus normas y maneras. Los potentados (léase también
terratenientes), la iglesia católica y los militares fueron quienes dirigieron
la reconquista del poder por parte de los de siempre.
Al reconquistar el poder con la
ayuda de los púlpitos, la prensa y el caciquismo, no dudaron en comenzar a
borrar los pequeños cambios que había llevado a cabo la izquierda. En 1934
aquella república dejó entrar a la extrema derecha en el gobierno y obligó a
los dirigentes socialistas y a Esquerra a levantarse para liberarse del
gobierno de fascistas que dominaban el país. En las minas asturianas y leonesas
la represión fue total (con Paquito el atiplado al mando) y en Catalunya se suspendió
la autonomía, se declaró el estado de guerra (al declarar Companys la
independencia) murieron cuarenta personas y fueron detenidas más de 3000
personas. El presidente de la Generalitat y su gobierno fueron condenados a treinta
años de cárcel que les serían conmutadas al regresar al poder las izquierdas en
febrero de 1936.
No todas las repúblicas son buenas,
aunque es una experiencia mucho más democrática que la que viene impuesta por
nacer de una madre determinada o ser señalado por el dedo de un dictador.
Cuando estos días se habla tanto de República debemos echar una ojeada al mundo
para ver la cantidad de atropellos que se cometen con este nombre en el
gobierno. Aquí tuvimos unos años de república aceptable y otros de república
funesta, no olvidemos que el dinero no piensa apartarse del poder y que lo que
venga será lo que ellos decidan consentir pero no estaría de más cuál de las
dos se persigue en Catalunya porque anda muy mezclado el personal.
República sí, pero una República de
izquierdas que intente dar la vuelta a tortilla que PP y Convergencia guisaron
para los poderosos…
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