viernes, 13 de abril de 2018


14 de ABRIL. LA REPUBLICA
No todas las repúblicas son buenas, el mundo está lleno de ejemplos.
Aquella, la de 1934, condenó a 30 años de prisión a Companys.
Muchísimo mejor que la monarquía, pero con idénticos dueños.

                           Resultado de imagen de bandera republicana española

            Mañana es el aniversario de la proclamación de la II República española en 1931, con Alfonso XIII marchando rico al extranjero, aquella con la que acabaron los militares al dar un golpe de estado y provocar una guerra civil en 1936. Es bonito recordar la fecha porque venía cargada de promesas para los jornaleros (campesinos sin tierras, la mayor parte de los trabajadores españoles lo eran) y para los explotados. Cuando comenzaron los cambios (lentos) los afectados negativamente comenzaron a fundar (en secreto) otra república con sus normas y maneras. Los potentados (léase también terratenientes), la iglesia católica y los militares fueron quienes dirigieron la reconquista del poder por parte de los de siempre.
            Al reconquistar el poder con la ayuda de los púlpitos, la prensa y el caciquismo, no dudaron en comenzar a borrar los pequeños cambios que había llevado a cabo la izquierda. En 1934 aquella república dejó entrar a la extrema derecha en el gobierno y obligó a los dirigentes socialistas y a Esquerra a levantarse para liberarse del gobierno de fascistas que dominaban el país. En las minas asturianas y leonesas la represión fue total (con Paquito el atiplado al mando) y en Catalunya se suspendió la autonomía, se declaró el estado de guerra (al declarar Companys la independencia) murieron cuarenta personas y fueron detenidas más de 3000 personas. El presidente de la Generalitat y su gobierno fueron condenados a treinta años de cárcel que les serían conmutadas al regresar al poder las izquierdas en febrero de 1936.
            No todas las repúblicas son buenas, aunque es una experiencia mucho más democrática que la que viene impuesta por nacer de una madre determinada o ser señalado por el dedo de un dictador. Cuando estos días se habla tanto de República debemos echar una ojeada al mundo para ver la cantidad de atropellos que se cometen con este nombre en el gobierno. Aquí tuvimos unos años de república aceptable y otros de república funesta, no olvidemos que el dinero no piensa apartarse del poder y que lo que venga será lo que ellos decidan consentir pero no estaría de más cuál de las dos se persigue en Catalunya porque anda muy mezclado el personal.
            República sí, pero una República de izquierdas que intente dar la vuelta a tortilla que PP y Convergencia guisaron para los poderosos…

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