DIALOGO
DE SORDOS
Todos
atrincherados en sus medias verdades y en sus mentiras.
El
candidato ha hecho un discurso para la CUP desde la derecha militante.
Acabo
de escuchar a Esquerra decir que no han hablado de que harán en el gobierno.

En cada discurso sale el 1 de
octubre, el mandato del 1 de octubre. Al diputado de Esquerra en TV3 se le ha
escapado que no fue un referéndum y evidentemente mucho menos un mensaje para
apoyar todo el razonamiento. Los partidos no independentistas (que representan
a la mitad de la población que puede votar) no participaron en el mismo o lo
hicieron en un acto simbólico aclarando que no deseaban la independencia ni el valor de referéndum.
Controlaron ellos mismos las urnas, contaron ellos mismos los votos, cambiaron
sobre la marcha los colegios electorales y los supervisores fueron invitados
por quienes montaron la consulta. Dicha consulta era ilegal y rodearon los
colegios para evitar que la policía, por orden judicial, impidiera la votación.
¿De dónde sacan que se puede sustentar en esa votación el mandato del pueblo de
Catalunya?
A no ser que piensen como el futuro
honorable, Quim Torra, sobre lo que representan los españoles, o quienes no votamos dicho día, en esta comedia.
Su discurso, dirigido únicamente a la CUP, ha sido pobre, aburrido y carente de
concreciones. La palabra República (parece que no hay repúblicas malas en el
mundo mundial) y el proceso constituyente a comenzar (aunque ya está escrito y
consensuado hace muchos meses) han sido los ejes en los que apuntalar su
posible llegada al despacho contiguo al de Puigdemont.
No ha pedido perdón por sus frases,
no se ha desdicho en absoluto de ellas y de sus artículos y, pienso, mantiene
esa filosofía que le ha hecho digno de ser designado por el dedo omnipotente
del caudillo que habita en Berlín. Cuando ves que todo ha quedado en manos de
Puigdemont, de su dedo, y que los partidos acatan sumisos sus salidas de tono y
sus extravagancias, no puedes imaginarte que tipo de democracia puede llegar si
algún día tuviera el poder en sus manos.
La oposición en su papel. Unos en la
extrema derecha, como el candidato y sus seguidores, y otros intentando hablar
a quienes no quieren o no pueden (los votos son los votos) escuchar las
palabras de un propuesta de izquierda unida para cambiar el país e intentar mejorar la vida de
las personas. Diálogo de sordos… pero cada día mas peligroso…
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