viernes, 18 de mayo de 2018


FLORES EN LOS MUSEOS
Agradecer a todos los que se acordaron de mis 69, algunos consiguieron volver a emocionarme, así da gusto cumplir años. Lástima del puto tiempo que es limitado.
Día internacional de platas y museos que en Girona ya les juntan.

                                      Resultado de imagen de fotografias de la fiesta de las flores de girona 2018

“Aportan oxígeno, protegen al suelo de la erosión, nos dan alimento en forma de frutos, semillas y raíces, adornan nuestras casas, proporcionan corcho, medicinas y papel... los vegetales son seres fascinantes sin los cuales no sería posible nuestra vida en la Tierra.
Pasear por Girona estos días plagada de flores, invadiendo desde los museos a los baños árabes o los recuerdos judíos, es un placer que tiene el inconveniente de que muchas personas deseamos compartir la idea de recibir a la primavera vistiendo de colores cada rincón de la ciudad. ¡Tanta belleza arrancada de la imaginación o de los campos y jardines para alegrar los días!
Parece que vislumbraron la idea de hacer coincidir el día mundial de los museos con el despertar exuberante de la naturaleza. Todos sus museos abiertos para que con el atractivo de las flores, que adornan sus rincones cargados de máquinas antiguas o historias olvidadas, tomen vida también con la visita de muchas personas que no acostumbramos a visitar sus tesoros.
Algunos días al observar el cariño con que mimamos a las mascotas me paro a pensar por qué tenemos tan olvidadas a las plantas. Ellas también son agradecidas y cuando un humano o las nubes riegan su estancia no se olvidan de prometer frutos o regalar colores a cuantos quieren admirar su buena disposición. Deben ser seres vivos de segunda categoría que, como no entienden nuestro lenguaje ni se quejan en el idioma de los humanos, son considerados objetos de consumo hasta poner en peligro la Tierra que habitamos.
Flores, flores, colores, colores… cuestas y escaleras, imaginación y belleza… lástima que seamos tantos para disfrutar de la tranquilidad de contemplar en silencio una petunia o dejar que el perfume de una rosa nos alegre el paseo. Girona cada año regresa en primavera, quizá se olvidó de poner alegría en las escaleras de la catedral…
Ya tengo 69 años y tres días, fueron bonitos los recuerdos pero el reloj no nos perdona y tenemos que acelerar las ganas de vivir para aprovechar cada día…



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