martes, 14 de agosto de 2018


REMOVIENDO EL 17 DE AGOSTO DEL 2017
Nos encanta remover las tragedias buscando culpables.
El terrorismo, y quienes lo alimentan, es el culpable de aquella masacre.
Si queremos recordar a los muertos dejemos de hacer política con ellos.

                    Imágenes de solidaridad en Barcelona

            Llevamos muchos días buscando fallos de seguridad en los Mossos y la policía estatal. Parecen tener necesidad de arrojarse las culpas unos a otros ahora que vuelve a primera página el suceso, al cumplirse el primer aniversario de la tragedia que acabo con la vida de una veintena de personas. Si existieron muchos silencios o descoordinación en ambos lados, que parece que sí, no es el momento de airearlos como un arma arrojadiza porque todos sabemos lo difícil que es impedir que un coche atropelle a personas en cualquier concentración y el culpable, todos coincidimos, en que es quién decide matar personas.
            Si el objetivo es honrar la memoria de los fallecidos creo que tampoco es momento de situar la política en el centro de la manifestación. Tenemos un Jefe de Estado (desgraciadamente, para mí, un rey) que tiene la obligación de hacer acto de presencia para recordar hechos tan dolorosos y no debe enturbiar su presencia la unidad de todos en honrar a los ya desaparecidos. Al día siguiente será hora de buscar enemigos o de saldar cuentas de hechos pasados pero el 17 de agosto no parece el momento de poner en el centro de la discusión las diferencia políticas.
            Y si no me gusta lo que ha propuesto el Ayuntamiento de Barcelona me monto una paralela para llamar la atención sobre mis posiciones políticas, que todos conocemos, utilizando el día para alimentar sus planes. Vamos jugando cada día más con que no pasa nada cuando caldeamos el ambiente y tarde o temprano nos encontraremos con sucesos desagradables y cuando suceda todos buscarán culpables sin pensar hasta donde se han llevado las ideas a situaciones potencialmente peligrosas.
            Espero que tengamos un día en paz, cada uno a su bola, pero no deja de sorprender como se complican las cosas hasta cuando el único objetivo es recordar a las víctimas de un atentado terrorista y aplaudir la eficacia de las personas que atendieron a los heridos. Vivimos en un clima de tensión permanente que ante la salida de escena de Rajoy ha elegido al rey como enemigo que justifica posturas intransigentes.

Nota: Venta de armas, un mercado que provoca conflictos armados, en cada pantalla. Somos el séptimo país que vende armas, la mayoría a países en plena guerra. Nos ganan EE.UU, Rusia, China, Francia, Inglaterra, Alemania y cerca tenemos a Italia o a los Países Bajos. La venta de armamento no la dirige el Rey, piensa un republicano, ni los presidentes de los países citados, sino la industria armamentística que dirige guerras, o las inventa, a capricho de los países poderosos. No deberíamos tener un rey pero tampoco cerrar los ojos a la realidad.

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