viernes, 19 de octubre de 2018


BICHOS QUE ME MATAN
            Estaba tan tranquila, viviendo entre el cielo azul y la tierra, cuando vi cómo me robaban el hielo, mi más preciado tesoro. Llegaron reclamaciones de los osos, de las focas, de las morsas, de los lobos y hasta de los renos porque todos vivían con miedo como se llevaban sus casas. Se llenó el buzón de reclamaciones y avisé a los bichos que si seguían por ese camino acabaría inundando sus playas y destruyendo sus fértiles llanuras…
                                  Resultado de imagen de fotografias de bosques inmensos

todo fue silencio, siguen sin escuchar mis amenazas. Creo que no leen apenas…
            He tenido que volar lejos después de ver morir a muchos de mis amigos, penetraron con sus máquinas para acabar con nuestros trinos y decidieron que los bosques eran un estorbo para sus cultivos, para sus carreteras, para sus grandes urbanizaciones. Decidieron que los árboles estaban mejor convertidos en papel para contar majaderías o convertidos en muebles muertos que no admiten pájaros que canten. Amenacé con riadas, con aires irrespirables, con tormentas torrenciales pero todos mis avisos fueron ignorados. Estoy seguro de que los bichos piensan más bien poco…
            Vivía tranquilo, escondido en el fondo de la Tierra y vinieron a despertarme. Me hicieron salir a la superficie, al frío, y acabaron quemándome con sus coches, calefacciones y aires acondicionados. Yo intentaba regenerarme pero cada día, incansables pedían más y más hasta decir que acabaría muriendo. Yo, al ver su despiadado ataque, les amenace con gotas frías, huracanes, atmósferas calientes y peligro para la vida de aquellos bichos que me lastimaban. No quisieron molinos de viento ni soles que calentaran… prefieren acabar con su casa… he oído que prefieren vivir en la luna sembrado patatas.
            Esos tres amigos son todavía enfermos graves pero yo, un mineral calladito, voy despertando para millones de años. Quietecito en la mina no molestaba a nadie y ahora, con la disculpa de acaparar energía en el mundo de los bichos ricos, soy un peligro que no saben dónde esconder ni cómo evitar que ataque a sus tesoros más valiosos. Les avisé que mis bombas podías destruir su Tierra y a cuantos bichos pillara pero no escucharon mi avisos… deben andar muy sordos estos asesinos sueltos en su Planeta.

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