BICHOS
QUE ME MATAN
Estaba tan tranquila, viviendo entre
el cielo azul y la tierra, cuando vi cómo me robaban el hielo, mi más
preciado tesoro. Llegaron reclamaciones de los osos, de las focas, de las
morsas, de los lobos y hasta de los renos porque todos vivían con miedo como se
llevaban sus casas. Se llenó el buzón de reclamaciones y avisé a los bichos que
si seguían por ese camino acabaría inundando sus playas y destruyendo sus
fértiles llanuras…
todo
fue silencio, siguen sin escuchar mis amenazas. Creo que no leen apenas…
He tenido que volar lejos después de
ver morir a muchos de mis amigos, penetraron con sus máquinas para acabar con
nuestros trinos y decidieron que los bosques eran un estorbo para sus cultivos,
para sus carreteras, para sus grandes urbanizaciones. Decidieron que los árboles
estaban mejor convertidos en papel para contar majaderías o convertidos en
muebles muertos que no admiten pájaros que canten. Amenacé con riadas, con
aires irrespirables, con tormentas torrenciales pero todos mis avisos fueron
ignorados. Estoy seguro de que los bichos piensan más bien poco…
Vivía tranquilo, escondido en el
fondo de la Tierra y vinieron a despertarme. Me hicieron salir a la superficie,
al frío, y acabaron quemándome con sus coches, calefacciones y aires
acondicionados. Yo intentaba regenerarme pero cada día, incansables pedían más
y más hasta decir que acabaría muriendo. Yo, al ver su despiadado ataque, les
amenace con gotas frías, huracanes, atmósferas calientes y peligro para la vida
de aquellos bichos que me lastimaban. No quisieron molinos de viento ni soles
que calentaran… prefieren acabar con su casa… he oído que prefieren vivir en la
luna sembrado patatas.
Esos tres amigos son todavía
enfermos graves pero yo, un mineral calladito, voy despertando para millones de
años. Quietecito en la mina no molestaba a nadie y ahora, con la disculpa de
acaparar energía en el mundo de los bichos ricos, soy un peligro que no saben dónde
esconder ni cómo evitar que ataque a sus tesoros más valiosos. Les avisé que
mis bombas podías destruir su Tierra y a cuantos bichos pillara pero no
escucharon mi avisos… deben andar muy sordos estos asesinos sueltos en su
Planeta.
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