¿VIVIMOS
EN CAMBOYA?
Nuestros
jueces son dependientes de los dictadores que nos gobiernan.
Las
leyes que tenemos son tercermundistas al igual que la constitución.
Nuestra
sanidad y enseñanza van camino de desaparecer…
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Hemos entrado en un círculo vicioso
donde todo es negativo y nuestra democracia un recuerdo de aquella dictadura
franquista que la mayoría que la nombra nunca padecieron. Muchos de los que
aplaudieron aquella transición “modélica”, entre los que nunca me encontré, hoy
gritan escandalizados por aquel olor a fusiles que dio a luz una Constitución
muy mejorable y una amnistía imperdonable.
El juicio de Otegui, producto de la
situación en el país vasco y de la derechona española, retocado por la justicia
europea da pie a colocar a los tribunales españoles a los pies de los caballos;
ni siquiera la condena a resarcir a Otegui del daño de su cárcel… pero ocho
años después sirve para poner un nuevo argumento en las deficiencias profundas
de nuestro sistema judicial.
El juicio de las hipotecas será un
nuevo golpe al tribunal supremo, cargado de peperos y socialistas del 155, tome
la decisión que tome. No son muy finos en sus decisiones estos ilustrados
jueces pero los medios de comunicación están esperando para magnificar
cualquiera de sus decisiones. Sea cual sea su veredicto será puesto a parir por
quién persigue ignorar sus sentencias.
Un juicio que no ha comenzado ya se
sabe que está amañado y que solamente persigue la venganza. Los dictadores han
colocado a unos jueces sedientos de sangre que no mirarán las leyes porque son
parciales y si las miran no se darán cuenta de que están cargadas de la misma
sed de sangre que todo el alto sistema judicial español.
Estamos en Camboya. Es hora de
levantarnos para salir de la dictadura que nos oprime en los derechos más
elementales. Os prometemos un mundo nuevo, con los mismos políticos, donde la
justicia resplandezca por su independencia y la riqueza fluya llovida de un
cielo que nos protege. Todo es mejorable pero el cielo está lejos de enviar ángeles
a arreglar tatos desaguisados. El capitalismo no será obstáculo para que brille
la democracia que arrasa sin piedad a quienes no son fieles a la doctrina de la
OTAN y de las élites económicas.
Entre los sucesos de los telediarios
y la visión que trasmiten los medios de comunicación dan ganas de ir a vivir a
Camboya porque allí debe haber más libertades que en suelo español. Tump, al
que espero que aporreen hoy en las urnas, debe ser el ídolo, junto a Merkel,
del glorioso sueño de felicidad de algunos mortales.
Y que yo tenga que escribir cosas
como estas….
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