UNA
DE HORMIGAS
Nunca
me había imaginado que estuvieran tan bien organizadas.
Un
encuentro fortuito con una pandilla de ellas me intrigó.
Seguimos
pensando que somos únicos en inteligencia y organización.

El otro día al levantarme, cuando
iba a desayunar, me encontré con un grupo de una cincuenta hormigas que habían
decidido coger parte de mi ensaimada de Menorca para darse una bacanal. Hacía
semanas que no aparecía ninguna en casa y estaba tapado el tesoro menorquín,
aunque debía tener algún fallo por donde salían olores de llamada para la banda
que me visitó. De noche descubrieron mi ensaimada, se comunicaron, generosas,
el hallazgo y trabajaron concienzudamente mientras yo dormía.
Me sorprendió que de noche, tapado
el objetivo y sin muestras aparentes de su presencia en casa, se presentasen en
grupo a cargar reservas para su colonia cercana. Una vez descubierto el asalto
desaparecieron a toda prisa y no volvieron a dar señales de su existencia.
¿Cómo lo descubrieron? ¿Por qué se pusieron todas de acuerdo? ¿Por qué en la
noche no se perdieron?
Intrigado me acerque a ese monstruo
de información, dicen que incierta, que es Wikipedia, busque hormigas y fui
alucinando de quienes son y cómo se organizan estos seres diminutos. Tienen sus
reinas, aunque no nos gusta a los republicanos el nombre que le han dado, sus
esclavos, sus guerreros, sus enviados al extranjero, sus señales para no
perderse y unos modos de reproducción y alimentación que hacen abrir los ojos
con asombro. Unas sociedades que son el 20 % de la biomasa de los animales
terrestres con un número de miles de BILLONES de habitantes en sus colonias.
Evidentemente no piensan ni sienten
porque así lo hemos decididos los humanos aunque muchos científicos estudian su
forma de organización social porque supera a la que nosotros nos hemos dado.
Decidí seguir leyendo y fui alucinando con cada detalle del funcionamiento de
sus diferentes colonias en los distintos continentes de la Tierra. Podemos
matarlas a guantazos porque molestan y no podemos consentir en respetar sus
sociedades porque invadirían la tranquilidad de nuestros hogares.
Estamos en un Planeta en que para
sobrevivir necesitamos destruir a otros seres vivos, sean animales o plantas,
aunque tengan una organización que nosotros, humanos superiores, hemos decidido
que es inferior. Las hormigas también tienen guerras entre ellas y con sus
enemigos, solamente la fuerza nos hace poder disponer de sus vidas para
alimentarnos y vivir tranquilos.
Ahhh… también decidimos qué especies
no dan pena… yo no había pensado en las hormigas hasta el día que las encontré en
un trozo de mi ensaimada de Menorca.
Me faltópreguntarlas si ellas también hablan con la luna...
Me faltópreguntarlas si ellas también hablan con la luna...
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