VACACIONES DE LOS NIÑOS

Pensamos que son muchos meses pero tenemos la suerte de tenerles cerca.

Es tiempo de poder educarles en aquello que deseamos.

Aquel machismo, aquel desprecio a los diferentes…

                             

            A veces con el ajetreo del trabajo, y con las prisas que imponemos a las vacaciones, acostumbramos a olvidar parar el tiempo y dedicarnos a lo más importante que tenemos cerca, las personas. Si son niños la tarea aún es más bonita y necesaria, es responsabilidad de quienes tratamos con niños, hijos o nietos, de educarles en aquellos principios que muchas veces faltan en nuestra sociedad. Los mayores hemos sido educados en una sociedad machista y seguidora de los pensamientos de la santa madre iglesia, hoy tenemos tiempo y medios para ir cambiando aquel obligado adoctrinamiento del que es muy difícil desprenderse.

            Pueden hacernos enternecer con una fotografía de un niño ahogado o cabrearnos por los abusos que determinadas personas ejercen sobre otras, pero es un momento y la normalidad volverá a invadir nuestras vidas. De nuevo la prisa, otro suceso o un nuevo record de muertos o de calor… Olvidamos muchas veces que la educación es la llave que ayudará a cambiar nuestra sociedad y que es la familia quién tiene la obligación de dedicar su tiempo a una labor que será larga pero necesaria.

            Los conocimientos que imparten en los centros educativos no tienen tanta importancia como los valores que se trasmiten en ellos y sobre todo en la familia, aunque no estaría de más ir engañando con gustos extraños a quienes están con el móvil hasta en la sopa. Un paseo en bicicleta, un programa que no toca, unos versos que no hacen daño, comerse un comentario que nos enseñaron mal, cada hora tiene espacio para mil detalles que pueden dejar huella porque nosotros somos importantes para las personas pequeñas que nos rodean.

            Castigar a quienes no respetan a las personas es necesario pero la publicidad excesiva de sus delitos puede tener el efecto contrario al deseado. (¡Que se lo pregunten a VOX!)

            Vacaciones, tiempo para ayudar a formar personas de las que nos sintamos orgullosos al verlas crecer.

           

¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!

(Miguel Hernández, que murió en una cárcel franquista de tuberculosis a los 31 años sabía algo de eso)

De vez en cuando se puede ser un poquito pedante…