OBJETIVO:
MATAR LA TIERRA
Tres
ejércitos; las armas, el petróleo y el fuego.
Armados
hasta los dientes para provocar guerras innecesarias.
Controladores
de inventos menos contaminantes para seguir petroleados.
Quemando
los pulmones del ser vivo llamado Tierra.
Ahora comienza a hablarse del
peligro inminente de que el Planeta sea inhabitable dentro de unas décadas. Lo
ponen lejos para no asustar en demasía a las personas que votan en esos
potentes países aparentemente demócratas. Tienen que dejarnos desahogar para
seguir con su plan de vuelo (como si los aviones no contaminasen…). Su arma de
guerra contra los ciudadanos son los medios de comunicación que nos entretienen
con noticias puntuales para luego
olvidar que las batallas importantes siguen provocándolas los mismos de
siempre.
Quienes producen armas necesitan mercados. Los
estadounidenses obligan a otros a gastar sus viejas bombas, aviones y tanques provocando
guerras donde toca y donde no toca (recuerdo aquellas armas de destrucción
masiva que acabaron con Sadam). Después serán primera página durante semanas
cien inmigrantes en un barco solidario pero nadie hablará de esos conflictos
provocados por occidente y oriente que han causado millones de muertos y
desplazados por los efectos destructivos de las armas. Las guerras continúan,
las empresas armamentísticas felices con su negocio y si algo se oye son tres
muertos en Estados Unidos o cuatro
pistolas que salen de Eibar.
Es triste observar que las armas sean
uno de los mejores negocios del mundo civilizado y que nadie haga nada para
acabar con este negocio “legal” y mortífero que arrasa a los países pobres o a aquellos que tienen algo que
les interesa a los poderosos. Esas armas poderosas siempre las venden los
mismos, son capaces de vendérselas a los dos bandos y dejarles que destruyan la
poca vida que existía antes del conflicto.
Son tan poderosas las empresas que
fabrican armas que dominan los medios de comunicación y controlan las elecciones
de los países productores de maravillas nucleares. Esperemos que no comiencen a
usarlas para comprobar si siguen matando los nuevos inventos mejor que en Hiroshima
y Nagasaki, de momento van probando en los océanos o en subterráneos…
Los millones de personas que huyen de
las guerras y del hambre no tienen sitios a donde escapase y los que quedan,
muertos y pobres, no existen para ese mundo civilizado que se lava la
conciencia con los muertos que les ofrecen los periódicos y los telediarios. Crea
miedos y conflictos, tus fábricas de armas sonreirán a sus jefes se llamen Trump,
Putin u otros cien que gobiernan en el mundo o les precedieron.
Mañana el petróleo. ¡¡¡Optimismo al poder!!!
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