UN
DÍA TRISTE
Murieron
personas que cometieron el delito de pasear por la Rambla.
Los
asesinos son imprevisibles y muy difíciles de controlar.
Pero
son, posiblemente, los únicos culpables de los asesinatos.
![Vista de la ofrenda floral tras el acto de homenaje a las vÃctimas en el primer aniversario del atentado en Cambrils, donde ha sido inaugurado un Memorial por la Paz instalado en el lugar en el que los Mossos d'Esquadra abatieron a los cinco terroristas que trataron de atropellar y acuchillar a varios transeúntes, matando a un persona.](https://ep00.epimg.net/elpais/imagenes/2018/08/17/album/1534487189_116609_1534596314_album_normal.jpg)
Demasiadas personas colgándose medallas
o buscando culpables, atacando posibles fallos ajenos e ignorando los propios,
todo un cumulo de despropósitos que pueden hacernos olvidar que el terrorismo
es, en la mayoría de los casos, imprevisible y mucho más en éste que surgió de
una explosión inesperada en Alcanar.
Un imán que alecciona durante meses
en Ripoll, que tiene antecedentes penales y que es vigilado por media Europa no
es seguido por la policía autonómica y ningún vecino, musulmán o no musulmán,
denuncia de forma anónima lo que está sucediendo. Ni los avisos de Bélgica
parecieron provocar la más mínima sospecha sobre los sujetos en cuestión.
Nadie pensó que un asesino
desesperado pudiera acceder a la Rambla y acabar con la tranquilidad de quienes
por ella paseaban. No se pueden poner límites en alta mar ni pensar que unos
trozos de cemento sirvan para evitar una catástrofe. Cualquier persona puede
llevar a cabo un acto de este tipo y el único aliciente de la Rambla era que
todo el mundo conocería el atentado aunque no hubiera habido muertos.
Me imagino que existen miles de
personas infiltradas en movimientos terroristas de todo el mundo, no dudo de
que los mossos tengan los suyos y es evidente que el CNI los tenía. Esas
personas tienen una vida difícil que a veces les coloca en lugares dónde se
producen atentados porque no pueden ser inmaculados y esperar que les cuenten
sus secretos sus enemigos comportándose como angelitos caídos del cielo. El
confidente del CNI murió en una explosión aparentemente accidental y no sabemos
cuál hubiera sido su utilidad de mantenerse vivo.
Un día entero para enterarse de que
se preparaban explosivos en Alcanar parece un chiste en los tiempos que vivimos
y que personas de Ripoll, perdidas a pares lejos de sus casas, no llamen la
atención para ponerse en alerta parece una negligencia. Mil argumentos para
buscar culpables e intentar que los miles de infiltrados en organizaciones
terroristas dejen de ser secretos cuando algo inesperado sucede…
Murieron personas inocentes,
sacrificadas por unos terroristas que no respetan la vida de las personas y son
los verdaderos culpables, y no podrán volver a pasear por la Rambla. Es hora
para un recuerdo limpio de la injusticia que se cometió con ellos y para
investigar, lejos de los medios de comunicación, qué se puede mejorar para
evitar que otras personas puedan perecer cuando solamente cometan el delito de
pasear.
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