COMIENZA EL INVIERNO...Y EL VERANO 

Ya les suena que en el polo norte no ven el sol, que estaremos en la noche más larga del año y que comienza el invierno aquí y en Argentina y Brasil piensan en los bañadores. Nueve horas de sol y mis luces encendidas enseguida cuando salgo por la tarde. El señor mayor ha estado leyendo y me cuenta que los trópicos marcan la mayor inclinación de la Tierra respecto al sol y que ese hecho le llaman solsticio de verano o de invierno según en qué hemisferio vivas. 

 

 

Me habla de Stonehenge como un observatorio astronómico y monumento funerario que está en Inglaterra donde este día se reúnen muchas personas porque la colocación de sus piedras hace que la luz en el solsticio de verano coincida con la colocación de las grandes piedras y nos indique que hace 5000 años aquellas personas conocían estas fechas y le daban una gran importancia. 

Los agricultores del hemisferio norte también se acuerdan de estas fechas porque es hora de apurar el otoño, preparar la tierra, matar el cerdo y recoger alimentos para el invierno en la antigüedad cuando el frío amenazaba con el hambre. 

A mí lo que más me sorprende es que me cuente el otro día lo inmenso que es el universo, los miles de millones de astros que existen y que se mueven a velocidades increíbles y que en este rincón del mundo lleguen regularmente las estaciones y que durante miles y cientos de miles de años el eje de la Tierra siga firme provocando las estaciones a las que los humanos esperan como algo de lo más normal del mundo.  

A mí que se mantenga este equilibrio me parece un milagro, con lo fácil que me fue a mí, un simple CAPTUR, averiarme y lo perfectos que son los movimientos de la Tierra y de millones de estrellas. 

Les tiene despistados el Covid con sus variantes y se olvidan de admirarse del milagro de la vida y de la sucesión de las estaciones. ¡A esperar la primavera!