martes, 14 de diciembre de 2021

 EL EMÉMITO, COSPEDAL, RAJOY 

Todo el viaje escucho en la radio los mismos temas, al final el señor mayor ha puesto música pues dice que llevamos años con la misma canción y sin ninguna respuesta. 

El emérito parece que se defiende menos porque debe saber que mejor callado para intentar evitar que Corina cante nuevas canciones y acabe viajando en el AVE a la Meca. Él sabe que Leticia no puede pasarse en el maltrato porque si canta peligra el futuro de la princesita y el suyo; así que, después de todas las sospechas que le rodean, parece haber decidido imponer su vuelta al país y hasta exigir cobrar las migajas de su asignación como rey en el retiro. Entre que era inviolable y que todo se tapa con dinero sobre dinero solamente consuela que puede haber algún republicano más en el país. 


            Por lo que he oído estos días Cospedal y Rajoy son un disco rayado. Se ataca su presunción de inocencia, ellos nunca se enteraban de nada y no conocen a muchas personas de las que visitaban la sede de su partido. Si alguien se atreve a decir que les ha visto le llaman mentirosos y ya puede buscar apoyos debajo de las piedras porque las paredes no son testigos en un juicio de sus contactos con tan altos cargos.  

Los que pusieron barreras están saliendo ilesos de desfalcos y prebendas, de concesiones fraudulentas y de comisiones pactadas. Los políticos alcanzan la inviolabilidad utilizando intermediarios para que su inocencia no quede manchada y su castigo lejos de la realidad. No pagan sus malos procederes, ni nadie devuelve un euro de lo que con malas artes se apropiaron. Miles de empresarios y políticos con las manos manchadas y las celdas de la cárcel casi vacías u ocupadas a tiempo parcial para escribir sus memorias y, después, salir a disfrutar de sus apaños. 

El señor mayor ya no se enfada, los hechos superan cada día los límites de lo imaginable. También sospecha que en RENAULT sabían algo de la luz roja de que me mandó al taller el primer día de mi caminar, pero no puede demostrarlo. Tendrá que respetar la presunción de inocencia y el silencio de quienes supieron lo que me había pasado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario