LA IMACULADA CONCEPCIÓN 

Hoy ha sido fiesta porque, me ha contado el señor mayor, una señora que se llamaba María, que vivió hace más de 2000 años, había hecho ganar una batalla 1600 años después en los Países Bajos al ejército español que las estaba pasando canutas.  

“Y ese milagro ocurrió. Se levantó un fuerte viento inusualmente frío para la zona. Se helaron las aguas del río Mosa y los españoles marcharon sobre el hielo atacando por sorpresa a la escuadra enemiga.” Una estampa de aquella María provocó todas esas cosas y por eso la nombraron patrona de España como a un tal Santiago. 

                                   

Me ha explicado después que es la Inmaculada Concepción porque nació sin pecado original que habían heredado todos los humanos porque una tal Eva y una serpiente anduvieron enturbiando un Paraíso. Le perdonó el pecado original y la hizo que no cometiera nada malo en su vida un señor que se llamaba Jesús por lo menos 15 años antes de nacer.  

Creo que me he acelerado un poco más de la cuenta al apretar el pedal el señor mayor porque pensaba que estaba poniendo a prueba mi inteligencia. Enseguida me ha reprendido diciéndome que eso era un dogma de los cristianos y que si no lo creían pecaba gravemente y si más de 500 millones de humanos aceptaron que un Papa se lo dijera no me creeré yo más listo. No he tenido éxito porque el señor me ha explicado que María consiguió convencer a su futuro marido que se había quedado embarazada por un espíritu porque un ángel llamado Gabriel había venido a explicárselo. 

Bueno lo importante es que ha habido fiesta, que estamos de puente y que el covid-19 anda contento como unas pascuas porque la gente está de celebraciones y vacaciones. 

Se me olvidaba que aquella señora, María, creen que subió al cielo con su cuerpo. Espero que me aclaré las dudas otro día porque sin inseminación artificial ni drones me es difícil asimilar que consiguiera quedarse embarazada, sin copular, por un espíritu, subiera al cielo (tengo que preguntar cerca de que estrella está) y haya hecho miles y miles de milagros para premiar a quienes van a la Iglesia a pedírselo.