LOS PEQUEÑOS DETALLES 

Me tienen bastante olvidado en ese sitio oscuro que llaman garaje. Los oigo hablar del virus que vuelve a asustar a medio mundo porque vacunados y no vacunados tienen miedo de que les pille y hasta los niños se pinchan el antídoto sin pensar en otra cosa que en huir del bicho ese. 

 

El señor mayor hoy estaba optimista. Al salir miraba el cielo azul, la calma de la mañana y me ha soltado un discurso que hasta yo me he animado a pedirle que me lleve otra vez al mar para disfrutar de sus playas y de esas olas que acarician suavemente la arena. Lástima que no puedan mis ruedas pasear por la orilla y dejarse acariciar por el agua. 

Tenemos que atrapar el día a día, me dice, sonreír al despertar, saludar a la mañana haya sol o caiga nieve y vivir con intensidad cada momento. Valorar a las personas que nos quieren y que están a nuestro lado y decirles lo importantes que son para nosotros, mandar mensajes para que sepan nuestros amigos que les tenemos presentes, aunque no bebamos un cubata con ellos, pasear dejando que el aire acaricie nuestros pasos y no olvidar hacer aquellas cosas que nos gustan sea leer, correr, escuchar música, comer o mirar la tele. 

Creo que se ha pasado un poco el hombre mayor con la que está cayendo, pero en su cara veo que está dispuesto a aplicarse el cuento. Creo que es consciente de la suerte que tiene de vivir en el país que vive y de las comodidades que le rodean. ¡Miles de millones de personas estarían felices de tener una parte de lo que él tiene! A pesar de los cambios negativos que está sociedad padece por políticos y poderosos egoístas creo que existe un sitio donde duerme con nosotros el optimismo. 

Comprar, comprar, comprar...consumir, consumir, consumir...comprar, comprar, comprar, consumir, consumir, consumir... Creo que este disco ignora los peligros del virus, el sano juicio y juega con los sentimientos para llenar sus arcas de dinero y poder. Con lo sencillo que es soñar la felicidad en las cosas sencillas del día a día como dice mi dueño. Hasta yo tendré que olvidar aquel mal nacimiento para viajar mañana al mar. ¡Me lo ha prometido!