martes, 28 de diciembre de 2021

 

YA NO QUEDAN INOCENTES 

Se ha deteriorado tanto la información que es difícil encontrar las inocentadas de este día 28. Es tal el grado de parcialidad y las insinuaciones que se aventuran cada día que si nos anuncian una guerra inexistente, un robo de fondos públicos descarado o que la justicia ha hecho aquí lo contrario que los tribunales de al lado nos quedamos tan panchos. Me imagino que siempre ha sido así, pero algunos esperábamos que progresara un poquito la sociedad en el respeto a la objetividad. 

 

Los niños ya no ríen pegando muñecos en la espalda, tienen otras ocupaciones. Los mayores criticaríamos que se le hagan estas bromas según a quién y los abuelos ya ni se acuerdan de cuando pensaban las inocentadas con días de antelación esperando sorprender al destinatario. Quizá reímos menos y eso sí sería un problema serio. 

Hoy los árboles quizá han pensado que les han gastado una inocentada, perdieron las hojas en otoño sabiendo que se acercaba el frío y que el sol se batía en retirada y les han contado que hace un sol espectacular que tiene la intención de durar días. Un regalo en días de pandemia que nuestros paseos tengan un acompañante tan generoso. 

He vuelto a llevar a mi CAPTUR a ver el mar Mediterráneo, le contaba lo del invierno y no me ha creído, quizá cuando le lleve al Cantábrico que tiene olas más violentas y menos calor alrededor comenzará a pensar que en invierno puede hacer mucho frío. Ahora que no tiene luces rojas y amarillas estoy pensando en llevarle porque siempre me pregunta cuando hacemos aquellos kilómetros que le prometí el día de su estreno. 

Esta semana estoy leyendo despacito El principito y estoy ocupado cada noche en imaginar en qué lugar de las estrellas tiene su casa. El domingo os cuento si la he encontrado. ¡A mí también me gusta hablar con las estrellas! 

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