jueves, 6 de enero de 2022

 LOS REYES Y LOS NIÑOS 

Creo que ya hemos sufrido años de monarquía, que pide a gritos un referéndum para soñar con el regreso de aquella República democrática, para seguir alimentando la leyenda de unos reyes bondadosos que detienen estrellas y reparten con generosidad regalos. Espero que vayamos sustituyendo la fiesta por algo que no debería alimentarse en la inocencia de los niños. Seguramente aquellos reyes estaban en guerra y, desde luego, no montaban en camellos. 

     

La ilusión de los niños, sus ojos emocionados identificando en la carroza sus regalos, el despertar del día 6 abriendo paquetes, los abuelos contribuyendo a la felicidad de los pequeños y de los grandes... evidentemente con el regocijo de aquellos que no pierden ocasión de hacer bonito su: comprar, comprar y comprar. Ya no sabemos dónde poner tantos juguetes y ellos en unos días olvidarán muchos de los que abrieron porque no pueden dar abasto a los que se acumulan: santo, cumpleaños, notas buenas, Papá Noël, el Cagatió.... 

Creo que muchos padres y abuelos pensarán que no pueden evitarlo, que están mimando en exceso a sus hijos, pero cualquiera se pone en medio de una sociedad consumista que arrasa con todo. Algunos guardarán en el armario el exceso de juego para intentar controlar la situación o acabarán regalándolos si se tercia, pero los niños es difícil que sepan valorar lo que les rodea. 

Algunos abuelos/as recordaran sus zapatitos con unas peladillas y unos higos acompañando a unos calcetines tejidos a mano que unos reyes lejanos tenían el detalle de acordarse de ellos. Saben que son tiempos caducados, pero defenderían unos tiempos intermedios en que los niños madurasen aprendiendo a esperar lo que desean y que cueste esfuerzo y tiempo conseguirlo.  

Son días de fiestas familiares y no quiero enturbiar el ambiente con el trato que recibió mi CAPTUR RENAULT hasta que estuvo con las luces apagadas, a este sí le hicieron esperar, más que a los niños para tener sus juguetes preferidos. 

Qué pocos cuentos y libros salen al lado del árbol, debe estar pasado de moda que los niños sueñen con historias bonitas porque ya tienen bastante con los Reyes Magos... 

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