MANUEL BUSTOS A PRISIÓN 

Fue alcalde de Sabadell durante 14 años (1999/2013), elegido en alguna legislatura por mayoría absoluta y consiguió acabar con los mandatos del PSUC en la ciudad. Ha entrado en la cárcel por haber presionado para quitar a unos familiares suyos dos multas de aparcamiento por valor de 333,3 euros. Tres años de cárcel, 16 de inhabilitación y 800 euros de multa.  

 

  Anteriormente había sido condenado por haber intentado colocar a una persona, que había sido alto cargo en la Generalitat, en el ayuntamiento de Moncada donde había una alcaldesa que era quién decidía. La otra condena fue porque una empresa concesionaria le pagó un viaje a un congreso del PSOE por un importe de 322 euracos. 

Miras alrededor, ves como uno tras otro se lo llevan crudo estando en activo o cuando marchan de su cargo, que no devuelven nada de lo robado y que difícilmente entran en prisión quienes colocan a amigos o familiares en cargos de libre designación y te sorprende las sentencias que enumero. 

Sabadell tiene más de 200.000 habitantes y recuerda la lucha entre Entesa y quienes durante muchos años habían gobernado la ciudad contra Bustos. Se cebaron con su persona y han creado la certeza entre gran parte de la población de que fue un mal alcalde, un ladrón y un prepotente que merece ser castigado. No soy admirador de sus años de alcaldía, pero pienso que se han pasado tres pueblos hasta conseguir que entrase en la cárcel por una millonésima parte de los delitos que muchos que los que andan sueltos cometieron.  

Quizá que un hijo de un paleta y una mujer que limpia en una escuela tenga algo que ver con que un conserje que llegó a alcalde haya sido abandonado hasta por su propio partido, el PSC. Creo que la justicia no anda muy fina cuando mete en la cárcel a una persona por el delito que Bustos cometió (interceder para quitar 2 multas de aparcamiento de 333,5 euracos). Si le condena por otros delitos le ha llevado a prisión se puede dudar de la justicia, pero eso es condenar por algo que no ha sido juzgado. Siento tristeza cuando el odio vence a la presunción de inocencia.