NOS TIENEN DISTRAIDOS
Habría que hacer un doctorado para analizar las noticias que nos “regalan” a diario sin enterarnos nunca de cómo las eligen y qué quieren tapar, pero parciales a más no poder. El tema de la pandemia ha superado todos los límites hasta confundir a científicos y políticos. Comenzaron atacando a China insinuando que se le había escapado el bicho de un laboratorio y los otros contraatacaron diciendo que venía de un laboratorio americano.
Las vacunas sin validar fueron subiendo las dosis y los ingresos de las farmacéuticas, y quizá lleguemos al sexto refuerzo para acabar diciendo que nos vacunemos cada año porque es como una gripe (algunos ya lo dijeron antes de comenzar la confusión). El miedo es generalizado, pero sin exagerar, para poner el tema de la vacuna como arma de justificación de la falta de control de la enfermedad. Los niños no contagiaban y jugaban alegremente por la calle sin mascarillas, después se convirtieron con los jóvenes en el enemigo peligroso y ahora van juntitos al cole de 24 en 24 cuando en todos los lugares cerrados dicen que es muy peligroso superar los 10 reunidos.
Ahora no tienen volcán y necesitan sucesos de accidentes, incendios y peleas políticas para seguir vendiendo que todo va bien. Dejan siempre a lo lejos los enfrentamientos en Ucrania o Kazajistán (el noveno país más extenso del mundo y muy rico en materias primas) con fotografías de tanques rusos o con gobiernos amenazando con tirar a matar cuando se está dirimiendo quién domina los hidrocarburos o los gaseoductos por parte de las multinacionales capitalistas.
Con tanta desinformación y las fotos amenazantes de Rusia acabarán subiendo el presupuesto armamentista de la OTAN y España subiendo nuestro gasto en aviones de combate y tanques para defender “la paz occidental” amenazada por los malos del otro lado (y lo pagamos nosotros también).
Cada día más personas están hartas de noticias fraudulentas, de Ortegas malvados y de Maduros impresentables, de rusos invasores (aunque fueron invadidos) y de comunistas desaprensivos que tiran a matar a los manifestantes. Es tan clara la manipulación que ni apagando el televisor conseguiremos pararlos... (Pobre Garzón rozó con sus declaraciones el negocio de unos pocos...)
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