YO NO VOTÉ LA CONSTITUCIÓN DE 1978

    Nació malparida.

    A cuantos soñábamos con la democracia nos pegaron un tiro en el pie los fusiles. El rey emérito, elegido por un asesino como Franco, fue en gran parte culpable, inviolable, de poner de rodillas a todos los partidos políticos.

    El jueves, 20 de noviembre de 1975, al salir de la escuela me fui al bar Costabona a tomar un ron con coca cola. Después de tantos años de dictadura moría un asesino en su cama a la hora que decidieron sus colaboradores necesarios. Ilusión, esperanza, sueños de verdadera libertad, todo parecía posible al desaparecer aquel miserable personaje. La República derrotada en 1936 parecía que podía resucitar en unas condiciones económicas mucho mejores que entonces.

    El ejército, el emérito (con permiso para delinquir), los políticos y un adormecido pueblo español, aún con miedo a defender la República y perseguir a quienes provocaron más de medio millón de muertos levantándose contra el poder democráticamente elegido, firmaron una constitución poco menos que intocable. La aprobó el 87,87 % de los españoles, yo no, y el 90,46 % de los votantes de Catalunya. Tuve que volver al Costabona para tomarme otro bacardí con coca cola para asimilar el golpe.

    Aquella Constitución deja abierto un camino para cambiarla: proponer una reforma constitucional que reciba el apoyo de dos tercios de congreso y senado, convocar unas elecciones para elegir un nuevo parlamento que la apruebe de nuevo por mayoría de dos tercios y finalmente realizar un referéndum en todo el territorio español que ratifique la decisión. Más claro el agua dijeron los herederos de Franco... a mí no me cambia ni dios porque tendrían que ponerse de acuerdo todos los partidos, incluidos PP y VOX.

    Solamente se cambian puntos en los que estén de acuerdo PSOE y PP y vemos cómo se las gasta la derecha española para soñar en un referéndum. Nació mal parida y parece que no tiene muchas ganas de ser reemplazada. La República sigue lejos y la princesita aún no renuncia a reinar. ¡¡¡País!!!

    Escrito en 2021, hoy recordaría a los presos en campos de concentración, a los ladrones de su patrimonio y a las familias de los represaliados. De la iglesia católica otro día, salió bien parada de su apoyo al franquismo y sigue chupando de la inaceptable transición.