NO ERAN LOS 50 AÑOS DEL “RUDERA”
Como ya dije anteayer me acerqué a mi colegio para recordar viejos tiempos llenos de recuerdos bonitos. Me recibió un patio con una vegetación exuberante, lleno de aquellos árboles plantados en los años 70, que empequeñecen el ya viejo edificio de la escuela que permanece intacto aunque muy cuidado y decorado con cariño.
Mil juegos para los alumnos de hoy acompañados por sus padres eran los habitantes del patio. Pocos profesores y menos ex alumnos que tengo constancia que recuerdan con cariño su colegio y a los que la noticia de la celebración no intentó nadie que llegase.
Con mi escrito del otro día tuve la inmensa alegría de disfrutar de la compañía de una quincena de mis antiguos alumnos. Fueron los momentos felices de la tarde recordar con ellos aquellos cursos que también formaban parte de los 50 años. Me emocioné unas cuantas veces y quiero agradecer su visita a cuantos contribuyeron a ello.
Llegaron algunos profesores de anteayer que me gustó ver aunque, como es lógico porque están fuera de Catalunya, los que están en activo hoy no brillaban por su presencia. Aguanté hasta los discursos pensando que recordarían algo del pasado pero fue una ilusión tonta de quien se ha hecho mayor y no se entera de cómo funciona el mundo. Personajes ajenos al centro, exceptuando a Ramón Burgués, que, con frases pomposas de políticos ejercitados, dieron paso a un cambio de logo de La Roureda, como para olvidar el pasado, que no me gustó.
Marché a tomar una coca cola al bar Roureda, hoy regentado por chinos, con profes amigos de aquellos años 70. Mis ex alumnos, sobre todo, el final de la velada y el paseo por el patio, bonito hasta rabiar, donde me hice una fotografía junto a mi pino que aún, milagro, sigue en pie.
Nadie recordó que en esos 50 años el “Rudera” había sido un pionero en el deporte del barrio y de Sabadell. Al igual que muchos otros hace 45 años también quienes celebraban la fiesta de los recuerdos olvidaron mencionarlo.